Saori está montando a caballo cuando se le aparece Ellie en frente, le rompe una pata al caballo de Saori y la secuestra. Al despertar, Atena se da cuenta que está en un Santuario y que Ellie se ha convertido en Ellis, la diosa de la guerra. Atena le dice a Ellis que sus Caballeros la salvarán y Ellis les manda un desafío a la Fundación.

Los Caballeros del Zodiaco se separan para ir por Atena. Seiya de Pegaso se enfrenta a Maya del signo de Sagitario. Maya lo ataca con su golpe Flechas Envenenadas y Seiya usa su Golpe de Meteoro del Pegaso. Seiya gana la pelea, pero lo hiere una flecha de Maya --tanto el poder de Maya como su armadura son extremadamente parecidos a los de Tremi de Sagitario, Caballero que ataca a Saori y a sus Caballeros cuando va a empezar la batalla de las Doce Casas---. 

Hyoga del Cisne se encuentra con Kraken del signo de la Cruz del Sur. Hyoga lo ataca con su poder Polvo de Diamantes y Kraken usa su Puño del Relámpago de la Cruz del Sur, el cual daña la armadura del Cisne, pero Hyoga logra congelar casi totalmente a Kraken. Cuando Hyoga está a punto de interrogar a Kraken, aparece Ellis con el cuerpo de Ellie. Con la distracción, Kraken sujeta a Hyoga por la espalda, pero Ellis los atraviesa con su lanza. 

Por otro lado Seiya empieza a sentirse mareado mientras que Yan del signo del Escudo ataca a Shiryu de Dragón. Yan reta a Shiryu a probar su puño y su escudo en él. Shiryu acepta el reto y lanza un golpe al escudo de Yan, pero es el puño del Dragón el que se rompe. Yan lo ataca con su patada giratoria y rompe el escudo del Dragón. Yan golpea a Shiryu y éste, al ver que necesita esforzarse más, se quita su armadura e invoca al Dragón Naciente. El golpe de Shiryu atraviesa a Yan, pero cuando Yan cae derrotado, Shiryu se desploma por el cansancio. 

Shun de Andrómeda escucha una canción muy bella cuando se encuentra a Orpheo del signo del Arpa. Con su música Orpheo se esconde de las cadenas de Andrómeda y ataca a Shun con su Réquiem de Cuerdas --¿te suena conocido?, es el mismo poder de Mime de Benetonash, de hecho la tonada, la armadura y la forma de atacar de Orpheo es una copia del Guerrero Sagrado de Eta--. Shun es atrapado por las cuerdas y Orpheo se prepara para darle el último golpe cuando llega Ikki del Fénix. Ikki usa su Golpe Fantasma sobre Orpheo, pero no resulta pues es un Guerrero Fantasma que no le teme a la muerte. Orpheo intenta usar su Réquiem de Cuerdas sobre Ikki, pero como el Fénix ya conoce su técnica escapa fácilmente de él y lo destruye usando su poder Alas del Fénix. 

Seiya llega con Ellis, quien deja el cuerpo de Ellie, pues la manzana dorada ha absorbido suficiente energía de Atena. Seiya se prepara para pelear con yaga del signo de Orión, pero se siente cada vez peor y Ellis le explica que la flecha que lo hirió en su combate con Maya estaba envenenada y le está quitando poco a poco sus cinco sentidos. Pegaso usa su Golpe de Meteoro pero no logra nada contra yaga En ese momento llega Ikki y le dice a Seiya que no se preocupe pues él peleará con yaga, después de esto Seiya se desmaya. Ikki y yaga intercambian golpes pero yaga daña mucho a Ikki. Fénix usa su poder Alas del Fénix, pero no sirven contra el poder de yaga Choque Megatónico de Meteoro, el cual derrota a Ikki. Seiya se levanta, pero está muy desorientado y cae en un barranco por el Choque Megatónico de Meteoro de yaga Al ver esto, Saori se desmaya pues el sol está a punto de ponerse y la manzana dorada casi absorbe toda la energía de Atena. 

En el barranco, Seiya siente la ayuda de todos sus amigos y comienza a escalar el barranco. Ikki intenta ir por Seiya para ayudarlo, pero se interpone en su camino yaga Ikki se levanta y se prepara para pelear de nuevo con yaga cuando un resplandor dorado sale del barranco. Seiya sale del barranco y enciende su séptimo sentido, con lo que llama a la armadura dorada de Sagitario. Un temblor en el Santuario de Ellis indica que los antiguos Caballeros que fueron derrotados por Atena han comenzado a levantarse de sus tumbas. En ese mundo lleno de fantasmas Ellis se proclamará la reina. Seiya se prepara a atacar a Ellis, pero se interpone yaga y le dice que quiere probarse al combatir con él. Seiya detiene el Choque Megatónico de Meteoro de yaga y lo mata con su Golpe Cometa de Pegaso. 

Seiya se da cuenta que la manzana dorada es la clave del poder de Ellis y lanza una flecha dorada contra ella. Ellis trata de detenerla pero la flecha la atraviesa. La manzana dorada explota y el Santuario de Ellis se comienza a derrumbar. Seiya e Ikki corren mientras que las columnas del Santuario de Ellis se desploman sobre ellos y escapan. Al ver que Atena, Ellie, Shiryu, Shun y Hyoga no salen, piensan que quedaron atrapados, pero Atena logra sacarlos a todos de entre los escombros.

Dolvar, el representante de Odín sobre la Tierra le dice a Atena que no ha visto a Hyoga, mientras que el guerrero Loki no ha tenido noticias de ningún Caballero, pero parece ocultarles algo. Cuando se retiran conocen a Freya y a su hermano Frey, quienes los acompañan a la salida del castillo.

En la casa de Freya, ésta les dice que deben de irse, pues su hermano encontrará al Caballero y lo mandará de regreso. Un soldado de Asgard le lleva a Saori la máscara destruida del Cisne; Seiya y Shiryu salen a buscarlo mientras que Shun se queda a cuidar de Saori. En el palacio Walhalla, Frey le dice a Dolvar que no debería buscar una pelea contra el Santuario. Dolvar lo ataca. 

Un soldado de Dolvar le informa a Atena que han encontrado a Hyoga y que se solicita su presencia en el Palacio Walhalla. Mientras, Shiryu y Seiya se separan para seguir buscando a Hyoga. Frey despierta en una prisión de piedra y usa su fuerza para escapar. 

Dentro del Palacio Walhalla, Atena llega y se da cuenta que ha sido engañada por Dolvar. Dolvar quiere controlar el Santuario de Atena y trata de matarla, pero el cosmo de Atena protege a Saori. Dolvar utiliza su técnica Escudo Invencible de Odín. Seiya, Shiryu y Shun sienten como el cosmo de Saori desaparece. Con su técnica, Dolvar encierra a Atena en la estatua de Odín para que no pueda liberar su cosmo. 

Shun ve que Saori está atrapada en la estatua de Odín y va a su rescate pero lo detiene el Guerrero Sagrado de la espada. Shun se defiende con su Cadena de Andrómeda, pero su armadura y sus cadenas son rotas por la espada del Guerrero Sagrado. 

En el bosque, Shiryu se encuentra con Midgardo. Midgardo se quita su máscara y le revela al Dragón que es Hyoga. Shiryu se alegra de verlo y le da la mano, pero Hyoga le congela todo el brazo y lo comienza a golpear. Shiryu se extraña y le pregunta el por qué lo ataca, a lo que Hyoga le responde que ha decidido volverse un Guerrero Sagrado de Odín. Hyoga y Shiryu siguen su pelea por todo el bosque hasta que la armadura del Dragón es totalmente destruida y ambos caen a un río. Hyoga se levanta y utiliza el Rayo de la Aurora, Shiryu utiliza su Dragón Naciente y derrota a Hyoga, pero cae mal herido. 

Seiya se dirige al palacio Walhalla mientras que Shun sigue peleando con el Guerrero Sagrado de la espada. De pronto aparece en el cielo Ikki del Fénix y derrota al Guerrero Sagrado de la espada. En ese momento aparecen dos boomerangs que atacan a Ikki y a Shun. Shun se cae en un barranco pero lo salva su cadena de Andrómeda. Ikki ve el Guerrero Sagrado de los boomerangs y lo ataca con su Golpe Fantasma del Fénix y lo derrota. Ikki se acerca para ayudar a Shun, pero el Guerrero Sagrado se levanta y ataca a Ikki y los tres caen en el barranco. 

Hyoga se levanta y se dirige al palacio Walhalla, mientras que Shun salvó a Ikki y ambos están colgados en la cadena de Andrómeda. Seiya llega al Palacio Walhalla y ve a Saori en la estatua de Odín y se apresura para salvarla. Loki lo detiene y utiliza su Puño de Lobo contra el Golpe de Meteoro de Pegaso. Loki agarra a Seiya y lo golpea con su Tempestad de Odín. Seiya se levanta y usa de nuevo su Golpe de Meteoro y lo derrota. Dolvar ve todo y ataca a Seiya. 

Shun sigue subiendo del barranco con Ikki mientras que Dolvar golpea a Seiya. Dolvar usa su Escudo Invencible de Odín contra Seiya, pero en ese momento llega Shun y lo salva, pero Dolvar ataca a Shun y lo derrota. Seiya sigue atacando a Dolvar, pero no logra nada hasta que llega Hyoga. Seiya se alegra de ver a Hyoga, pero Dolvar se burla y le ordena a Hyoga que mate a Seiya. Hyoga usa su poder Rayo de la Aurora, pero contra Dolvar. Dolvar trata de defenderse pero Hyoga lo sigue atacando. Dolvar captura a Hyoga y lo derrota. 

Dolvar lanza el último ataque contra Seiya, pero Ikki se interpone. Seiya se descuida y Dolvar lo sujeta y se prepara para matarlo cuando un resplandor dorado lo salva. En el cielo aparece la armadura dorada de Sagitario y Seiya la viste. Seiya usa su Golpe de Meteoro y destruye la armadura de Dolvar y se prepara para atravesarlo con la flecha dorada cuando Dolvar le explica que si él muere, Atena nunca escapará del Escudo de Odín. 

Seiya baja su arco y Dolvar se burla hasta que ve que Frey está escalando la estatua de Odín con una espada en la mano. Frey le dice a Seiya que dispare que él se encargará de salvar a Atena. Dolvar ataca a Frey hasta que Frey cae en la cabeza de la estatua de Odín. Aún mal herido, Frey se levanta y se prepara a clavar la espada. Dolvar saca su espada listo para lanzarla contra Frey cuando Seiya le dispara la flecha dorada. Dolvar intenta protegerse con su espada pero no sirve y es atravesado por la flecha. En ese preciso momento, Frey entierra la espada en la cabeza de Odín y la estatua empieza a derrumbarse. Saori empieza a caer al vacío pero Seiya la salva. La imagen de Odín se derrumba y no queda nada, sólo el Árbol del Universo.

En eso llegan Seiya y sus amigos y conocen a los guerreros del sol: Atlas, del signo de Karina Keel; Yao de Lince Leopardo y Belenger del signo de Cabello Kuma. Pero con ellos también están los sagrados Caballeros Dorados Saga de Géminis, Máscara Mortal de Cáncer, Shura de Capricornio, Camus de Acuario y Afrodita de Piscis; quienes murieron en la batalla de las Doce Casas y fueron resucitados por Abel. Atlas, Afrodita e incluso Saori le dicen a Seiya que ya no necesita proteger a Atena, pues ahora los guerreros de Abel lo harán. Seiya y sus amigos se retiran, pero aún sin entender por qué Atena los traicionó.

En el Templo del Sol, Atena trata de atacar a Abel cuando estaba indefenso, pero el cosmo de Abel la ataca. Atena le explica a su hermano que ella peleará hasta el final con tal de salvar la Tierra. Por su traición, Abel mata a Atena. Seiya, Shiryu, Shun y Hyoga sienten que el cosmo de Atena se despide de ellos y desaparece. En el Santuario del Sol, los Caballeros Dorados Shura de Capricornio y Camus de Acuario se revelan contra Abel por haber matado a Atena, pero Atlas, Yao y Belenger los matan. 

Seiya de Pegaso se dirige al Templo del Sol cuando se encuentra a Atlas de Karina Keel. Seiya usa su Golpe de Meteoro del Pegaso, pero no logra nada contra Atlas, quien a su vez usa su Corona de Llamas para lastimarlo. Shun se encuentra con Shiryu y con Hyoga cerca del Santuario y les cuenta que Seiya ha ido sólo a pelear contra Abel. Ellos deciden separarse para ir a derrotar a Abel. Mientras tanto Seiya sigue siendo golpeado por el poder de Atlas, pero sigue de pie hasta que Atlas le da el golpe final. Derrotado, Seiya espera la muerte. 

Por otro lado, Shiryu de Dragón se encuentra al Caballero Dorado Máscara Mortal de Cáncer, quien usa su poder Ondas Infernales para mandar a Shiryu a las puertas del abismo de la muerte. Ahí, Máscara Mortal le explica al Dragón que Atena aún no llega al abismo, pero el cosmo de Abel la protegerá en los Campos Elíseos. Máscara Mortal se prepara para matar a Shiryu, pero éste se defiende y lo derrota con su Dragón Naciente. Ambos vuelven del mundo de la muerte y Shiryu se prepara para irse cuando lo envuelven los cabellos dorados de Belenger y lo dejan mal herido. 

En un campo de rosas, Shun de Andrómeda se enfrenta contra el Caballero Dorado Afrodita de Piscis. Con sus rosas, Afrodita lastima mucho a Shun hasta que llega Ikki de Fénix para salvarlo. Ikki ataca a Afrodita con su Puño Fantasma del Fénix y le muestra su peor pesadilla, por lo que Afrodita usa su poder Rosas Sangrientas contra el puño del Fénix. Afrodita es derrotado con una de sus rosas sangrientas e Ikki se prepara para llevarse a Shun con él, cuando aparece Atlas de Karina Keel y lo hiere con su Corona de Llamas. 

En otra parte, Seiya abre sus ojos y ve al Caballero Dorado Saga de Géminis. Saga le pregunta a Seiya si se ha dado por vencido, y al ver que Seiya ni se levanta le dice que Atena hizo lo correcto al apartarlos del camino, pues sabía que ellos nunca podrían vencer a Abel. Seiya escucha como Saori nunca se dio por vencida y como murió al tratar de defender esta Tierra que tanto ama. Saga le dice que aún pueden salvar a Atena si derrotan a Abel. Seiya se levanta y decide seguir luchando para que el sacrificio de Atena no sea en vano. Seiya lanza un golpe a Saga, quien lo detiene con extrema facilidad y contraataca con su Explosión de Galaxias. Saga le explica a Seiya que, como el Pegaso ya no tiene ánimos de luchar,  su cosmo tan débil no puede vencerlo. 

Por otro lado, Hyoga del Cisne se acerca al Templo del Sol y se encuentra a Abel, Atlas de Karina Keel y Belenger de Cabello Kuma. Abel le pide al Cisne que cree un ataúd de hielo que mantenga la belleza de Atena por siempre, pero Hyoga se niega. En castigo, Abel manda a pelear a Belenger contra Hyoga. Belenger le dice a Hyoga que él fue quien mató a su maestro Camus de Acuario. Hyoga usa su poder Polvo de Diamantes pero sin efecto. Belenger le explica que los ropajes de la corona del sol que usa no pueden ser congelados por un Caballero. Hyoga utiliza ahora su poder Rayo de la Aurora, el cual tampoco resulta y Belenger lo cubre con sus cabellos dorados. Poco a poco, los cabellos de Belenger van cortando la armadura y el cuerpo de Hyoga. En el suelo, Hyoga ve su cruz del sur y, al recordar a su madre, vuelve a pararse para ejecutar el poder de su maestro Ejecución Aurora, el cual acaba con Belenger, pero deja a Hyoga muy lastimado. 

Seiya recuerda como en la batalla de las Doce Casas venció a los Caballeros Dorados porque estaba desesperado de salvar a Atena de la muerte y que esta vez no es distinto. El Pegaso se vuele a levantar y se prepara para incendiar su cosmo para vencer a Saga. Saga usa su Explosión de Galaxias y Seiya contesta con su Golpe de Meteoro del Pegaso, el cual hiere al Caballero Dorado de Géminis. Saga cae al suelo y le explica a Seiya que su cosmo ha alcanzado un nivel máximo. Seiya le pregunta si esa fue su intención desde el principio y Saga le responde que debe irse para salvar a Atena.  

Cuando Seiya se prepara para irse, aparece Yao de Lince Leopardo quien se interpone en su camino. De pronto Saga se levanta y empieza a ejecutar su Explosión de Galaxias; una vez más le dice a Seiya que se vaya. Cuando Seiya se va, Yao y Saga se preparan a pelear. Yao usa su poder Hércules Incadeciente y Saga su Explosión de Galaxias. Seiya sigue su camino y sólo escucha una enorme explosión de donde estaban peleando. Saga se eleva al cielo con Yao sujeto y ambos mueren al salir de la atmósfera. 

En el Templo del Sol, Hyoga llega y se enfrenta a Atlas de Karina Keel, pero como el Cisne está muy lastimado sólo puede recibir los golpes de Atlas. Cuando Atlas está a punto de arrancarle la cabeza a Hyoga, lo detienen las cadenas de Andrómeda, Shun trae cargando a su hermano Ikki del Fénix. Atlas va a golpear a Andrómeda cuando ve también que llega Shiryu. Atlas jala las cadenas de Andrómeda y golpea a Shun y a Ikki; Shiryu usa su poder Dragón Naciente contra Atlas, quien se protege de él y le responde con su Corona de Llamas, la cual deja mal herido a Shiryu. Cuando Atlas piensa que los ha derrotado a todos, aparece Seiya y lo ataca con su Golpe de Meteoro, el cual evita Atlas y golpea al Pegaso con su Corona de Llamas. Ya con todos derrotados Atlas se acerca a Abel. 

Atena se acerca cada vez más al abismo de la muerte, empujada por el cosmo de Abel y el Dios Sol decide que ha llegado el momento de cumplir la sentencia sobre la Tierra. Erupciones de volcanes y terremotos empiezan a destruir a la Tierra mientras que Seiya se vuelve a levantar. Seiya enciende su cosmo y aparece las armaduras doradas de Sagitario, Libra y Acuario. El cosmo de Seiya ayuda a Shiryu y a Hyoga a levantarse y los tres usan las armaduras doradas. Con las nuevas armaduras, Shiryu y Hyoga golpean a Atlas y Seiya lo mata. pero al dirigirse contra Abel, éste derrota a Hyoga y a Shiryu. 

Seiya ataca a Abel con su poder Golpe de Meteoro del Pegaso, pero su propio golpe se le regresa, Seiya lo vuelve a intentar y una vez más se le devuelve el golpe. Así lo intenta hasta que el Pegaso cae derrotado. En su desesperación, Seiya llama a Atena con toda la fuerza de su cosmo, y Saori lo oye justo antes de caer en el abismo de la muerte. Atena cae pero el cosmo de Pegaso la salva. Abel se da cuenta de esto y ve como Atena despierta como si nada hubiera pasado. 

Atena le explica a Seiya que su sacrificio no ha sido en vano, pues ahora sabe que esta Tierra es de quien la ama y que nadie habrá de quitárselas. Abel sigue destruyendo la Tierra y se acerca a Atena para volverla a matar cuando Seiya se levanta y lo apunta con la flecha dorada. Abel le dice que ya desista pues la flecha volverá contra de él. Abel siente cada vez más y más miedo pues no ve odio en Seiya, sino simplemente un enorme deseo de probarse ante él. El escudo de Abel desaparece y lanza un poder contra Seiya, pero este lanza la flecha dorada, la cual atraviesa a Abel. Poco a poco el Templo del Sol empieza a derrumbarse, aplastando a Abel. Una vez más todos están a salvo y Atena jura que nunca más los abandonará.

Saori, Seiya, Shun y Hyoga ven la estatua sin cabeza de Atena y se preguntan quién lo habrá hecho; entonces aparece Lucifer diciéndole a Saori que no vale la pena llorar. Seiya y sus amigos se dan cuenta que es la encarnación misma del Satanás que menciona la Sagrada Biblia. 
 

En el hospital, Shiryu le comunica a Seiya, Shun y Hyoga que Atena está perdida y seguramente ha ido al Pandemónium de Lucifer. Seiya y sus amigos deciden ir a rescatar a Saori destruyendo a Lucifer. En el Pandemónium, Saori le dice a Lucifer que entregará la sangre de Atena, sólo si él le jura que no le hará daño a las personas inocentes de la Tierra. Atena comienza a subir las escaleras que la guiarán a Lucifer, pero es atacada durante todo su trayecto. 

Los Caballeros del Zodiaco llegan al Pandemónium y se encuentran a Belcebú, el Ángel de la Muerte y a Asitalote, el Ángel de la Sabiduría. Dragón los distrae para que sus amigos sigan su camino mientras que él pelea contra ellos. En ese momento Atena sigue subiendo las escaleras.

Más adelante, Seiya, Shun y Hyoga se encuentran a Eligol, el Ángel del Poder. Shun usa su cadena de Andrómeda para distraerlo mientras que Seiya y Hyoga siguen adelante, pero se encuentran a otro ángel. Hyoga lo congela con su Rayo de la Aurora para que Seiya alcance a Atena.

Por otro lado, Asitalote usa su Mordedura de Cobra, con la cual atraviesa el escudo y el cuerpo del Dragón. Shiryu usa su Dragón Naciente y mata a Asitalote, pero cae ante el poder Alas del Infierno de Belcebú Mientras Eligol sigue atacando sin piedad a Shun, Hyoga se sorprende al ver que su enemigo lo conoce. El ángel es Imordeglo, el Ángel del Aire.

Shun no puede evitar el poder cortante de Eligol y lo trata de capturar con su Red de Telaraña, pero sus cadenas y su armadura es destruida por el Puño Mágico de Mantis de Eligol. Mientras tanto, Imordeglo ataca al Cisne con su poder Demonio de Fantasía. Hyoga ve a su madre, pero es golpeado sin misericordia sin darse cuenta. Hyoga sabe que es una ilusión, pero aún así no puede atacar a su madre. Imordeglo le explica que si lo hace, nunca podrá recordar a su madre aunque Hyoga lo desee. Después de varios golpes, Hyoga hace acoplo de valor y ataca la ilusión de Imordeglo con su Rayo de la Aurora y lo mata.

Eligol atraviesa a Shun y cuando está a punto de cortar la cabeza de Shun, llega Ikki del Fénix y acaba a Eligol con su Puño Fantasma del Fénix. Shun le da las gracias, pero Ikki le dice que la batalla aún no ha terminado y se adelanta para alcanzar a Seiya. 

Seiya llega a las escaleras del Pandemónium y es atacado por Belcebú El Pegaso usa su Golpe de Meteoro, pero no sirve en Belcebú Mientras, Saori está pasando por un auténtico campo de espinas y casi ha llegado con Lucifer. La sangre de Atena es derramada por las espinas que la atacan antes de llegar con Lucifer. Saori le pregunta el por qué la odia tanto; a lo que Lucifer le dice que su sangre derramada le está dando carne y huesos a Abel, Poseidón y a Ellis y con el cosmo infinito de Atena él se volverá el más fuerte del universo. Atena se da cuenta que Lucifer nunca cumpliría su promesa de dejar en paz a la Tierra.

El Pegaso es lastimado por el poder de Belcebú Alas del Infierno. Ikki llega y ve a Seiya en el suelo y se dirige con Atena, pero lo sostienen las espinas. Lucifer se enoja y ataca a Ikki, dejándolo mal herido. Seiya quiere seguir avanzando, pero Belcebú le impide el paso. Entonces llegan Shiryu, Shun y Hyoga y entretienen a Belcebú mientras que Seiya se acerca a Atena.

Atena llega y ataca a Lucifer... ataque que no tiene ni el más mínimo efecto en Lucifer, quien se enoja. Como Atena se resistió, ahora no le sirve su sangre. Lucifer lanza a Abel, Poseidón y Ellis a destruir la Tierra. Belcebú sigue golpeando a Seiya hasta que el Pegaso eleva su cosmo y llama a la armadura de Sagitario, con la cual derrota a Belcebú con su Golpe Cometa.

Seiya saca su flecha dorada, pero Lucifer usa a Atena de escudo. Poseidón, Ellis y Abel siguen destruyendo el planeta, pero Seiya no puede matar a Lucifer sin matar a Atena. Seiya enciende su cosmo y llama a las otras once armaduras doradas del zodiaco. Cada una de las armaduras se va colocando alrededor del sol e iluminan el Pandemónium de Lucifer.

La luz del sol deslumbra a Lucifer y Seiya lanza la flecha dorada. Un momento antes de que lo golpee, Atena se hace a un lado y la flecha atraviesa a Lucifer, mandándolo a él, a Abel, Poseidón y Ellis de vuelta al infierno. El Pandemónium se comienza a derrumbar y Seiya y sus amigos escapan. Atena sabe que ganaron porque siempre tuvieron esperanza y no importa que tengan que enfrentar en el futuro, lo enfrentarán con esperanza.

En una casa sobre un lago, se encuentra Seiya en silla de ruedas, completamente inmóvil. Tres ángeles llegan y lanzan su ataque en forma de lanzas contra Seiya, las cuales atraviesan la silla y se ve sangre correr, sin embargo ninguna de ellas logra acertar a Seiya. En eso aparece Saori, quien lleva unas cuantas toallas con las que cubre el cuerpo de Seiya, entonces los ángeles entienden que su falla fue a causa de ella.

Los ángeles insisten en que no se interponga, Seiya debe ser castigado por ofender a los dioses, pero Saori no piensa permitirlo. Los tres ángeles intentan atacar a Atena, pero su cosmos actúa como un campo de fuerza que les impide acercarse. En ese momento el sol que brillaba al atardecer, se oculta bajo la luna, Saori se percata que sólo hay alguien capaz de someter a la luna a su voluntad y hacerla que brille más que el sol, con su propia luz. Esa es su hermana Artemisa, la diosa de la luna.

Artemisa le dice a Atena que ha desobedecido a los dioses y que tiene que castigar a sus Caballeros por tanta ofensa en contra de ellos. Artemisa le exige además el control de la Tierra, el cual Atena entrega con una condición: los dioses deberán perdonar a Seiya y los demás. Artemisa accede, pero le recuerda que cualquier otra ofensa más y no los perdonará. Artemisa y sus guerreros desaparecen.

En un lugar muy oscuro parecido al limbo, rodeados de sombras de fuego, se escuchan las voces de dos dioses que le hablan a los Caballeros Dorados, desnudos, en sombras y sin expresión alguna en el rostro. Los dioses les dicen que están confinados ahí de por vida. Por ofender a los dioses, sus almas estarán selladas ahí para siempre. Shion de Aries y Dohko de Libra les dicen que ellos son Caballeros de Atena y que pelearán por ella para siempre. Los dioses no hacen caso de sus palabras, afirmando que es imposible para ellos salir de ahí y que deben de cumplir con su castigo.

Seiya queda solo en su silla de ruedas mientras tiene varios recuerdos de cómo Hades clava la espada en su pecho. Seiya despierta de su letargo y se levanta, en eso aparece Marín de entre las sombras. Marín se sorprende de encontrarlo ahí ya que nadie sabia de él ni de Atena después de la batalla contra Hades. Marín encuentra en ese lugar un pendiente con una campanilla dentro, aparentemente tirada por uno de los ángeles, la cual recoge y guarda con fervor. Marín le dice a Seiya que debe ir al Santuario a buscar a Saori y se va.

Cuando Seiya llega al Santuario apenas lo reconoce, pues hay agua por doquier. Seiya percibe una sombra conocida, se trata de Shaina. Seiya pregunta qué ha pasado y dónde esta Atena, Shaina simplemente contesta que este ya no es lugar para alguien como él. El Santuario ya no es de Atena, ahora pertenece a Artemisa.

Seiya no lo cree, así que Shaina lo ataca. Cuando Seiya se dispone a contraatacar aparecen Jabú de Unicornio e Ichi de Hidra y lo golpean. Seiya descubre que sus fuerzas lo abandonan y Shaina le explica que Atena los ha abandonado a ellos y a la Tierra por ser tan patéticos. Shaina lanza su ataque y destruye el borde del barranco donde está parado Seiya, sepultándolo en uno de los lagos del Santuario. Los tres se van de ahí mientras que comentan que puede que Seiya no este solo.

En un templo con una enorme alberca, Atena entra y al juntar sus manos empieza a derramar su sangre sobre el agua a cambio del perdón de los dioses a los habitantes de la Tierra.

En otro lado, Shun aparece vistiendo su armadura de Andrómeda y escalando los peñascos de los alrededores del Santuario. En ese momento percibe la sombra de un ángel: Teseo. Sin poderse defender, Shun recibe los ataques de Teseo hasta que es lanzado contra una formación rocosa. Al observar bien, Shun se da cuenta que en este árbol están los rostros de los Caballeros Dorados.

Shun se levanta para continuar su pelea con Teseo, mientras le pregunta qué ha pasado con Saori. Teseo responde que Atena está vaciando su sangre y que cuando ella la derrame por completo entonces morirá. Shun se abalanza contra Teseo, quien no tiene problemas para deshacerse de él.

En ese momento Ikki de Fénix aparece para pelear con Teseo, pero el ángel lo derrota con facilidad. Teseo observa que Shun e Ikki intentan levantarse y entiende por qué los dioses quieren a toda costa acabar con los Caballeros de Bronce. La estatua de piedra comienza a sangrar y Shion de Aries vuelve a hablar desde su letargo. Les dice a Shun e Ikki que no fue un error haberles encomendado a Atena, pues ellos la protegerían en su lugar.

Shun e Ikki se levantan y atacan juntos a Teseo, quien los golpea una y otra vez hasta que Shun ejecuta un ataque doble entre sus cadenas de Andrómeda y su Tormenta Nebular, el cual Teseo apenas logra evitar cuando por detrás de Shun, Ikki se levanta con su poder Alas del Fénix y ambos ataques dejan a Teseo fuera de combate; sin embargo ellos quedan en malas condiciones para continuar y se desploman sobre el estanque.

Mientras tanto Seiya, quien había sido enterrado aparentemente, sólo cayó a un compartimiento subterráneo debajo de los estanques. Delante de él está la caja de la armadura de Pegaso hundida en el agua. Seiya se dispone a tomarla, sin embargo siente que su armadura lo rechaza. Mas tarde se da cuenta que no es su armadura quien lo rechaza a él, sino su cuerpo a la armadura.

Ya con su armadura puesta, Seiya se encuentra en su camino a Shiryu de Dragón, flotando de espaldas sobre uno de los estanques, ya sin su armadura y a Hyoga de Cisne, congelado en su posición de ataque, después de una dura batalla contra Odiseo. Seiya le dice a Odiseo que el poder de los Caballeros de Atena para lograr milagros lo puede todo. Shiryu y Hyoga se ponen de pie, pues Seiya les ha recordado que esa fuerza era la que les había permitido vencer a tantos enemigos hasta ahora, incluso a los dioses mismos.

Los tres pelean con Odiseo, pero no pueden hacer mucho. Seiya se adelanta a donde está Saori mientras que Shiryu y Hyoga se encargan de Odiseo. Tras varios intentos, los ataques combinados de Hyoga y Shiryu logran derrotar a Odiseo, pero el Cisne y el Dragón no quedan en condiciones de levantarse.

Seiya sale del paraje donde se llevaba a cabo la batalla contra Odiseo, pero su cuerpo lo sigue rechazando, como si se negara a pelear. Seiya llega a un desierto y ahí enfrenta a Ícaro. El poder de Ícaro no tiene igual con el de Seiya y el Pegaso está apunto de ser eliminado cuando Marín aparece y le muestra un pendiente con una campanilla, el mismo que encontró tirado en la casa del lago.

Marín explica que por años buscó a su hermano, quien portaba un pendiente como el suyo, pero Ícaro la ignora pues él ya no tiene hermana... él ya no es una persona, ahora sirve a Artemisa y su objetivo es convertirse en alguien tan poderoso como un dios.

Ícaro ataca a Marín y aunque Seiya trata de protegerla, ambos caen ante el poder superior de Ícaro. Marín le explica a Ícaro que Seiya es fuerte porque piensa en los demás, cosa que Ícaro ya no quiere hacer, por lo que cuando Seiya llegue con Atena, ni él podrá deterlo.

Ícaro se encuentra con Artemisa en una especie de altar. Artemisa lo reconoce como su Caballero elegido, el único humano al que ella escogió para ser uno de sus ángeles. Seiya sigue avanzando y vuelve a encontrase con Ícaro, con quien vueleve a intercambiar golpes hasta que Seiya es lanzado hacie el templo donde se encuentra Atena.

Seiya llega donde se encuentra Saori, quien se sorprende de verlo y se disculpa con él por hacerlo pelear nuevamente. Saori le preguntan el por qué hace tanto por ella, a lo que Seiya responde que es ella... por Atena.

Entonces el aspecto de Saori cambia y sale del estanque mientras le dice a Seiya que lo matará. Seiya no cree en sus palabras y Saori invoca a su hermana. Artemisa aparece en el templo y Atena le pide su báculo para matar a Seiya. Artemisa se alegra de que al fin su hermana haya vuelto a ser una diosa y le devuelve el báculo. Atena le pregunta a Seiya si aceptará morir por sus manos, a lo que Seiya responde que si, pues ha vivido por Atena y también morirá por ella. Atena clava el filo de su báculo y Seiya cae en el estanque.

Shiryu, Hyoga, Shun e Ikki sienten que el cosmo de Seiya ha desaparecido y se apresuran al lugar donde se encuentra Atena.

Atena se acerca a Artemisa, quien aunque está complacida por la actitud de su hermana, aún tiene dudas pues Atena no está dispuesta a volver con los otros dioses. Atena le dice que lo que ella quiere es que los dioses dejen a los Caballeros y demás humanos vivir como personas y no como esclavos de los dioses. Artemisa siente escuchar esto y aparece un arco y flecha delante de ella lista para matar a Atena.

Seiya vuelve a levantarse para impedir que Artemisa mate a Atena, pero Ícaro aparece de nuevo y vuelven a pelear. Seiya consigue vencer a Ícaro con su Golpe Meteoro y lo arroja a un vacío, pero Marín lo salva de caer. Ícaro recuerda su infancia, cuando le juró a su hermana protegerla. Ícaro entiende que lo que hace fuerte a los humanos es pensar en alguien más y que el motivo verdadero por el cual él se había convertido en un guerrero de Artemisa era para ser tan fuerte como un dios y cumplir su promesa de proteger a su hermana. Marín lo llama por su nombre: Touma.

Artemisa no pierde más el tiempo y lanza su flecha contra Atena, pero es Touma quien se interpone en el camino de la flecha y la recibe en su pecho. Artemisa comienza a comprender la fuerza que tienen los humanos de lograr milagros y se dispone a pelear contra Atena. Seiya se prepara a defender a Saori mientras que le pregunta a Artemisa qué son los dioses en verdad, si solamente parecen gozar al hacer sufrir a los humanos.

La respuesta viene de una nueva figura que aparece. Esta figura es Apolo, quien le dice que esa es una pregunta a la cual nunca encontrará respuesta, mientras que sujeta a su hermana Atena entre sus manos. Seiya lanza su puño haciendo que Apolo suelte a Atena y se dispone a combatir, pero Atena lo detiene diciendo que ninguno de los dos podría igualar el poder de Apolo.

Apolo explica que es hora de que Seiya pague por enfrentar a los dioses y ejecuta el castigo divino. Todos los Caballeros se pierden en la intensa luz que provoca el poder de Apolo, excepto Seiya y Saori, quienes se encuentran desnudos pero de pie después del ataque de Apolo.

Apolo sigue explicando que no pueden revelarse contra los dioses, a lo que Seiya asegura que él no necesita un dios cruel que no deje vivir a los humanos su vida, por lo que enciende su cosmo hasta el infinito y se prepara para atacar directamente a Apolo.

Prólogo: Cuando la intensa luz se disipa, Seiya se encuentra en un lugar que se le hace conocido, listo para partir mientras que Saori lo despide, esperando que encuentre a aquella persona que está buscando.